LEYENDAS
DE GRANADA
La
leyenda de la dama blanca
------ LA CASA CASTRIL
En la fachada del edificio se puede
observar un balcón ciego construido de forma que hace esquina, sobre
este balcón se puede leer la inscripción : “Esperando la del
cielo”, frase alrededor de la que gira la historia de la Dama
Blanca de la casa de Castril.
El nuevo señor de Castril, Hernando de Zafra, heredero del antiguo secretario de los Reyes Católicos, era viudo y con él vivía su única hija Elvira de apenas dieciocho años de edad y gran belleza. Para preservar la honra de su hija, Elvíra permanecía encerrada en palacio día y noche, aunque eso no la impidió enamorarse de Don Alfonso Quintanillo, joven apuesto perteneciente a otra familia de gran linaje de la ciudad pero enemistada con los Zafra. Los amantes contaban con la complicidad y ayuda del capellán de la Casa de Castril, el padre Antonio, además de la de un paje más joven que ellos que hacía de intermediario de sus mensajes de amor.
El nuevo señor de Castril, Hernando de Zafra, heredero del antiguo secretario de los Reyes Católicos, era viudo y con él vivía su única hija Elvira de apenas dieciocho años de edad y gran belleza. Para preservar la honra de su hija, Elvíra permanecía encerrada en palacio día y noche, aunque eso no la impidió enamorarse de Don Alfonso Quintanillo, joven apuesto perteneciente a otra familia de gran linaje de la ciudad pero enemistada con los Zafra. Los amantes contaban con la complicidad y ayuda del capellán de la Casa de Castril, el padre Antonio, además de la de un paje más joven que ellos que hacía de intermediario de sus mensajes de amor.
Según la leyenda, una noche Elvira
estando acompañada del inocente paje leyendo una carta de su amado
en la que éste le proponía matrimonio, entre suspiro y suspiro
Elvira acariciaba inocentemente los rizos del cabello del joven paje.
Tan ensimismada se hallaba que no escuchó a su padre entrando en la
habitación y éste al ver a su hija en tan íntima postura, creyó a
su hija deshonrada por un insignificante criado, cegado por la ira
mandó a uno de sus criados que lo colgara allí mismo, en el balcón
que hace esquina en la fachada. El joven paje alegando inocencia
clamaba justicia y clemencia al señor de Castril, el cual mientras
miraba cómo sus criados colgaban al inocente paje le decía: “Pide
cuanta justicia quieras. Ahí ahorcado puedes estar esperando la del
cielo cuanto tiempo te plazca”. Dicho esto, el señor de Castril
ordenó tapiar el balcón.
A partir de entonces la joven sufrió un encierro aún más severo, tanto que al final terminó acabando con su vida.
A partir de entonces la joven sufrió un encierro aún más severo, tanto que al final terminó acabando con su vida.
Si hay una sala considerada
especialmente misteriosa en el Museo Arqueológico es la zona del
piso superior en la que según la leyenda estaban las habitaciones de
Elvira y el balcón que fue cegado. De esta sala se dice que vaga por
ella una extraña mujer que porta una vela, la Dama Blanca. Se
asegura también que cuando se recorre en solitario la sala, puede
notarse el aliento del “Togado de Periate”, una escultura que
preside dicha sala y que en determinados momentos parece vigilar con
su mirada de bronce a quien pasea a su lado.
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